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PICO LA GORRA EL RINCON TENTENIGUADA

(22/03/2025)

A veces sobran las palabras cuando ves tanta belleza en tan poco espacio. Hoy es uno de esos días. No sé si seré capaz de transmitir lo que mis sentidos captaron hoy.

El día comenzó con una fina lluvia desde la fuente luminosa pero con la esperanza de que pasadas las medianías el sol hiciera acto de presencia.

Íbamos en la guagua con un poco de incertidumbre ante la noticia de que un rallye nos podía fastidiar la llegada a nuestro punto de salida. Falsa alarma. Face news que se diría ahora.

Así que desayunados y tranquilos nos dirigimos al Pico de la Gorra, lugar de partida en el día de hoy. ¡Qué frío! ¡Qué viento! ¡Qué sensación más desagradable! La verdad es que no me importa que llueva o que haga algo de frío pero mi mente no vino preparada para ello.

Abrigados y con las cabezas mirando al suelo comenzamos la andadura, intentando protegernos del viento, de la lluvia, del frío. Creo que en estos momentos era capaz de escuchar los pensamientos del grupo: hoy no vamos a disfrutar.

El viento nos azotaba por todas partes, apenas podíamos dar un paso sin agachar la cabeza, el frío penetraba en nuestros huesos y la lluvia se colaba y molestaba. Pero seguimos andando, bajamos aguantando las inclemencias pero al mismo tiempo admirando la belleza que ya en primavera la tierra nos ofrecía. Desde el comienzo de la bajada se podía observar lo que sería la tónica del día pues entre verde y verde ya aparecían brotes amarillos y lilas. Por aquí y por allá las gotas de agua sobre las hojas hacían brillar con más fuerza el color del renacer de la tierra.

El sol no se dignaba a aparecer.

Así, ateridos de frío y mojados llegamos al comienzo de la entrada hacia La Caldera de Los Marteles, lugar en el que Vicente y Amelia tuvieron que abandonar la caminata por una lesión de nuestro tesorero a quien un amable señor trasladó en su coche hasta Telde.

El grupo siguió caminando, la lluvía nos dió una tregua, el viento amainó algo y el sol intentó calentarnos. La charla se volvió más alegre y los pensamientos más positivos.

Un alto para reponer energía y nos metimos de lleno en la caldera donde de nuevo nuestro amigo el viento regresó para saludarnos con mucha fuerza. Y no vino solo, se trajo a la neblina y a la lluvia como escoltas fieles. Y todos juntitos bajamos y subimos hasta llegar al mirador. Lo que allí encontramos nos volvió a deprimir algo pues nuestros compañeros de hoy ya no nos abandonarían hasta casi llegar al Rincón de Tenteniguada.

Sin embargo, nada de esto nos amargó el día porque lo que pudimos observar a partir de ese momento no se nos podrá olvidar nunca.

¡Vaya explosión de color! ¡Vaya abundancia de vegetación! ¡Vaya comienzo de primavera!

No hay sitio donde poses la mirada y no lo encuentres. No hay uno que sea igual que otro, No hay ninguno que no desees fotografiar.

Y ahí, por donde caminamos calados hasta los huesos nos acompañó durante horas. Ahora es azul,ahora lila, ahora rosa, ahora celeste, ahora, ahora, ahora….

¡Vaya variedad de tonalidades! ¡Vaya coro de amigos a su alrededor! Por aquí cañaheja y margaritas, por allá morgallana y salvia, por el otro lado retamas y cerrajones. La procesión de plantas y colores superan cualquier cosa vista con anterioridad. La cantidad de sensaciones que graba nuestra vista es también interminable.

¡Qué suerte hemos tenido! ¡Qué día para guardar en nuestros recuerdos!

Que pena que la lluvia no nos permitiera escuchar a los pájaros hoy refugiados en sus nidos. Qué pena que la lluvia no nos permitiera gozar de las abejas libando de flor en flor.

Qué pena que en nuestras fotos salgamos tapados hasta los ojos.

Pero qué alegría poder vivir un día como el de hoy.

Comida en El Rincón, charla agradable con los compañeros y agradecimiento especial para Armando y Jose ( ellos saben por qué).

Feliz primavera a todos.

       Marisa, 22 de marzo de 2025.

Un comentario en «PICO LA GORRA EL RINCON TENTENIGUADA»
  1. Tus palabras me hacen olvidar el momento desagradable que supone abandonar el grupo. Después de disfrutar con el paisaje coloreado de blanco y amarillo de los setos de margaritas y los ramos de alhelíes que reconfortan la tierra calcinada por el fuego, y del frío ¿por qué no? que rompe con la monotonía de nuestro clima, tu crónica, que enaltece el corazón, me traslada a completar mi memoria del día con la visión de los enjambres de colores de los tajinastes y sus compañeros del paisaje, retamas, cañahejas, morgallanas, salvias… que apenas llegué a contemplar. Gracias a ti y a todo el grupo por esos buenos momentos compartidos, y de apoyo, en que todos somos uno: los Pilancones.