Primera ruta del año y no pudo comenzar mejor. Recorrido para ver los almendros en flor, lo cual significa ver el Roque Nublo, mi lugar favorito de la isla.​Comenzamos nuestro andar, como siempre, saliendo de Las Palmas de Gran Canaria y haciendo una breve parada en San Mateo para el desayuno.

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Recogemos en la Cruz de Tejeda a nuestro compañero y anfitrión Óscar y partimos rumbo a la Degollada de Becerra.​El día se presenta espectacular a pesar del frío que se siente a esta hora. El cielo es de un azul brillante y aunque las nubes no permiten divisar nuestra querida isla vecina, el sol brilla sobre nuestras cabezas.​Foto de rigor antes de comenzar teniendo como telón de fondo al más bello de los paisajes que tiene Gran Canaria: la vista de la cuenca de Tejeda con el Bentayga de frente y el Fraile y el Roque Nublo a la izquierda.

No hay igual. Jamás me cansaré de mirarlo​La caminata empieza con una ligera subida que hace aumentar nuestra temperatura corporal. Pisamos sobre restos de escarcha que nos recuerda lo gélida que tuvo que ser la noche por aquí. La pista está húmeda en su lado de umbría y el blanco hielo sobre la hierba verde ofrece un hermoso contraste que nos acompañará durante un rato.​

Pinos, vinagreras, retamas, escobones, rodean el camino por el que circulamos mientras comenzamos ya la bajada. El barrio de La Culata nos espera en la lejanía.​Comenzamos a ver almendros, nuestro objetivo de hoy. Unos están ya en flor mientras otros esperan aún para estallar en esos blancos y rosas que llenarán nuestras retinas. Da gusto mirarlos y llenarse la vista con ellos.

El ánimo se siente alegre y vital, sobre todo cuando te das cuenta que caminas bajo la atenta mirada de nuestro padre Roque Nublo.​No sé por qué pero este roque ejerce una influencia indescriptible sobre mí. Solo verlo me trasmite alegría, me da fuerza y me hace sentir por encima de todo, unida a esta maravillosa tierra. Este roque, que no es más que un trozo de piedra que quedó aislado por simple capricho geológico, supone para mí algo que no se explicar. Es como si a través de él, mi sangre me trasladara a siglos anteriores y siento latir a través de mis venas todos los acontecimientos vividos por nuestros antepasados.

Seguimos nuestra ruta haciendo primero un alto para una foto ante un hermoso almendro que se huele a distancia. ¡Vaya olores! No sé si alguna vez me había percatado del olor a miel que emana de estos árboles pero hoy mis sentidos se llenaron y lo archivó en el baúl de los recuerdos agradables. No sé si el almendro huele a miel o la miel huele a almendro pero de cualquier modo, su olor te atrapa.​Nuestro camino nos lleva a bordear el Nublo y ya la perspectiva de su vista va cambiando pero su fuerza se sigue notando. Tiemblo solo de sentirme tan cerca de él.​

Entre sol y sombras, entre almendros y cerrajas llegamos a la Cruz de Timagada, final de nuestra primera parte de la ruta de hoy. Ahora, la guagua nos traslada al Centro de Interpretación del Roque Bentayga, perteneciente al Parque Cultural de Risco Caído y Montañas Sagradas de Gran Canaria, lugar recientemente denominado Patrimonio de la humanidad.Tengo que confesar que mi vida ha sufrido un cambio después de subir al Bentayga.

Yo creía recordar que había estado aquí siendo muy joven pero ahora lo dudo o entonces no estaba preparada para sentir lo que hoy he sentido.​Subir al Bentayga ha sido sentir en mi piel, en mis huesos y en mi sangre las vivencias del pueblo aborigen. Durante toda la ruta de hoy no perdimos de vista este roque pero yo, siempre fiel al Nublo, lo había dejado de lado. ¿Cómo he podido hacerlo?​Subir al Bentayga me ha trasladado a la época prehispánica.

Me he imaginado subiendo por estas laderas cargada con el grano para los silos; me he imaginado en el almogarén haciendo ritos y descubriendo misterios; me he imaginado viendo desde la muralla como los conquistadores usurpaban nuestra tierra. Por un momento me asomé a los riscos y me apoyé en la piedra y creo que sentí el latir de los corazones de aquellos habitantes prehispánicos.

Por un momento creí oír sus voces, sus súplicas, sus llantos… Por un momento me sentí más que nunca unida a mi pasado y ese escalofrío aún corre por mis venas.​Roque Bentayga, gran olvidado, a partir de ahora tú también entrarás a formar parte de mi vida y serás también mi referente histórico¿Qué más decir de este maravilloso día? Comida en Tejeda con los mejores compañeros y amigos que uno pueda tener. Mucha comida, mucha risa y mucha fuerza para seguir nuestra vida diaria hasta la próxima caminata.​Gracias pilanconeros por ser tan maravillosos.