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RUTA POR EL BARRANCO DE LOS CERNÍCALOS

Después del largo verano nada mejor para empezar a hacer piernas que recorrer el paradisíaco barranco de los cernícalos.

Éramos pocos y mientras nos preparábamos ,llegó la lluvia, fina pero intensa para hacer aún más emocionante la marcha. Duró muy poco pero lo suficiente para refrescar el ambiente y convertir este maravilloso lugar en una ruta ideal.

Desde el primer momento pudimos comprobar que se trata de un camino muy utilizado por los canarios, sean mayores, jóvenes o niños pues vimos grupos de todas estas categorías y cada uno de ellos con la misma sonrisa en la boca. Esa sonrisa que viene dada cuando sabes que pateas por un lugar privilegiado.

Nuestro grupo iba despacio, disfrutando de cada momento y de cada rincón. Aprovechando las condiciones climáticas que nos permitía distinguir esos colores tan diferentes que muestra la naturaleza después de verse bañada por la lluvia y percibir los distintos olores que nuestro olfato alcanzaba. Todo un regalo para el siempre caluroso mes de septiembre.

La entrada a este lugar decepciona al caminante que llega por primera vez pues hay que hacerlo durante un pequeño tramo por el barranco y la visión no es la ideal pero en cuanto andas un poco y llegas a la explanada con la acequia ,los alcornoques y los acebuches, el rostro se te ilumina y respiras tranquilo.

La simple visión del agua, el rumor de la corriente fría a nuestro lado y el tener que caminar durante breves instante sobre ella, hace que todos tus temores sobre esta ruta se disipen. El lugar es de película y así debe continuar. Está en nuestras manos.

Soy feliz…Somos felices… y eso se refleja en nuestro andar. Vamos pausadamente disfrutando como niños de cada salto de agua que encontramos, de cada rama extraña que vemos, de cada pajarillo que escuchamos.

Ni siquiera la pequeña y empinada subida o la siempre dificultosa bajada a la cascada nos hace sufrir. ¡ Es todo tan hermoso!

En nuestras manos está el poder seguir disfrutando de este privilegiado entorno y cederlo como herencia a todos los canarios. Es un pulmón para nuestra ya densamente poblada isla y así debe seguir. Debemos ser capaces de disfrutarlo y cuidarlo al mismo tiempo. Nuestro grupo ya lo ha hecho y así seguiremos por todos y cada uno de los espacios que recorramos. ¡El barranco de los cernícalos: un lugar para disfrutar!

Marisa